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Un Perfecto Ejemplo a Seguir

Islamaldia – El Profeta Muhammad (P) nació en la Península Arábiga, se convirtió en profeta a la edad de cuarenta años y su mensaje más importante fue el llamado al monoteísmo. Introdujo el propósito de su misión para completar las virtudes morales. Conmemorando el fallecimiento del Profeta Muhammad (P), conoceremos la forma de vida de este magnifico Sér.

Para lograr cualquier objetivo, necesitamos conocer el camino a recorrer y debemos seguir los ejemplos de aquellos que han pasado con éxito ese camino. Por ejemplo, si quieres ser futbolista profesional, seguir los programas de formación de Messi, Neymar o Ronaldo tendrá un impacto muy alto en la calidad de tu trabajo. Ahora, en tu opinión, para alcanzar el objetivo final de la vida, que es la perfección de la humanidad y la libertad, ¿a quién debemos seguir como ejemplo?

Sólo el Dios Misericordioso, que creó al ser humano y sabe mejor que nadie cuáles son sus necesidades, puede presentarnos el mejor ejemplo. Es quien conoce la capacidad y el poder del ser humano y es de su dominio cómo se pueden formar las mejores personas.

Dios dice en su último libro celestial, el Corán: «Realmente en el Mensajero tenéis un hermoso ejemplo».

En este versículo, Dios ha presentado al Profeta de la bondad, Muhammad, como un modelo perfecto para nosotros.

Si quieres conocer algunas de las características del mejor ejemplo a seguir, aquí te presentamos algunas:

  • No subestimó a nadie y todos tenían los mismos derechos en su opinión. Pretendía pasar desapercibido en las reuniones y no elegía un lugar especial para sí mismo.
  • Era tan cordial con la gente que lo consideraban como un padre amable.
  • Mantuvo siempre una fragancia especial, pues sus palmas eran como manos de un perfumista y su rostro brillaba como un espejo. Por donde él caminaba, su dulce aroma se esparcía para que todos supieran que el Profeta había pasado por allí.
  • Hablaba cuándo y tanto como era necesario, tenía una sonrisa en su rostro mientras se expresaba y su discurso era breve y completo.
  • Cuando montaba a caballo, no permitía que nadie lo acompañara a pie para que no pareciera un sirviente.
  • No era vengativo y perdonaba a los que le hacían daño.

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«Él» se opuso a la opresión y no le temía nadie.

«Él» respetaba a la naturaleza y sus derechos.

«Él» amaba a los pobres, los ayudaba y comía con ellos.

«Él» no eligió un lugar específico para sí mismo en las reuniones e incluso lo prohibió. Cuando entraba en una asamblea, se sentaba en cualquier espacio libre.

“Él” siempre daba importancia a la situación de sus familiares y si tenían alguna necesidad, trataría de solucionarla.

Cuando «él» daba algo como regalo, no lo recordaba, ni mencionaba su entrega.

«Él» prohibió a los musulmanes estar sin ocupación alguna.

El mejor individuo en su opinión, es quien busca el bien y la felicidad de las personas y sea estimado entre ellas.

«Él» no regañaba nadie, no los culpaba, y no buscaba encontrar las faltas o deslices de las personas.

«Él» comía en el suelo y remendaba los zapatos con sus propias manos.

«Él» no gastó un momento de su vida en vano, por el contrario, su dedicación era servir a Dios y a mejorar internamente.

«Él» era el último en enfadarse.

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