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El Hermoso Destino del Imam Ali (P)

Islamaldia – El bendito mes de Ramadán es una oportunidad excepcional para pensar, considerar y reconsiderar acciones y comportamientos, especialmente porque estas noches que se aproximan coinciden con el aniversario del martirio de una gran figura como el Imam Ali (P), un modelo de valentía, piedad, justicia y caballerosidad para todas las personas que buscan a Dios.

Ha pasado más de dos semanas del sagrado mes de Ramadán y nos acercamos a las noches del decreto. Noches donde el espíritu de súplica, oración y esperanza de la gracia y misericordia divina cobran vida en los corazones de los creyentes. La decimonovena noche del mes sagrado de Ramadán es una de las noches del decreto, donde ninguna otra la iguala por su bondad y virtud y donde realizar los actos específicos es mejor que todas las acciones de mil meses. En las narraciones islámicas, la noche del decreto se menciona como una de las noches diecinueve, veintiuno y veintitrés y, según una narración, el veintisiete de Ramadán.
En una de estas noches, se establece una conexión entre el ´Rey y su reino’, la atmósfera está llena de susurros suplicantes y personas buscando a Dios. De hecho, es una oportunidad excepcional para pensar, considerar y reconsiderar acciones y comportamientos, especialmente porque estas noches coinciden con el aniversario del martirio de una gran figura como el Imam Ali (P), un modelo de valentía, piedad, justicia y caballerosidad para todas las personas que buscan a Dios.
Para el Iftar fue invitado por su hija, Umm Kulzum. Solo comió tres bocados y luego empezó su adoración a Dios. Ali (P) estuvo inquieto desde la noche hasta la mañana. A veces miraba el cielo y las estrellas, y cuanto más se acercaba al amanecer, más intranquilo se ponía. Dijo: «Yo no miento, ni el que me dijo mintió. La noche que prometieron mi martirio es esta noche». Finalmente, la noche terminó y Ali (P) se dirigió a la mezquita en la oscuridad del amanecer para realizar la oración de la mañana.
Los patos del patio lo siguieron y se colgaron de su ropa. La gente de la casa quería mantenerlos alejados de él, pero el Imam dijo: «Déjalos en paz. Están haciendo ruido ahora, pero pronto llorarán». Umm Kulzum se sintió inquieta por las palabras de su padre y dijo: «Ordene a Yode que vaya a la mezquita y ore con la gente». Dijo: «No hay escapatoria del juicio divino». Luego se abrochó el cinturón y se dirigió a la mezquita.
El Imam (P) entró en la mezquita y se puso de pie para orar.
Cuando se postró, Ibn Mulyam golpeó la bendita cabeza de Ali (P) con una espada envenenada. El golpe dio en un lugar que anteriormente había sido alcanzado por la espada de Amr ibn Abdud en la guerra de las trincheras. La cabeza bendita del Imam Ali (P) se partió hasta la frente y la sangre fluyó. Cuando Ibn Mulyam restiró su espada, la sangre de Ali salpicó de la frente al cielo y gritó «Fui bendecido por el Dios de la Kaaba”.
En ese momento, un terremoto sacudió la tierra y surgió un grito: «Por Dios, los pilares de la guía se han derrumbado, las estrellas y los signos del cielo se han oscurecido, la cuerda de la verdad se ha roto y el primo de Mustafa, el sucesor elegido por Dios, Ali Morteza, el mejor de los sucesores ha sido martirizado, y el peor de entre los peores lo martirizó «.
La oración fue la conexión más hermosa de Ali (P) con Dios. En este caso, no pensó en nada más que en su Señor. Después del golpe, el gran mensaje que le dio a sus hijos fue aconsejarles que oraran, diciendo: «Considerad a Dios, (considerad) la oración, porque es el pilar de la religión». Sheij Abu Bakr Shirazi escribe: «Los versículos 17 y 18 de la Sura Los vientos huracanados, que describen a los piadosos a quienes se les ha dado la buena noticia del Paraíso: “Dormían una parte de la noche y pedían perdón al amanecer”. Estos versículos son sobre Ali (P). Debido a que dormía un tercio de la noche y el resto adoraba a Dios. En un hadiz narrado por cientos de eruditos musulmanes, Ali (P) dijo: «Incluso antes de que una persona se convierta en musulmán o rezara, yo recé con el Mensajero de Dios durante siete años «»
Ali (P) en su última oración en la mezquita de Kufa, expresó su deseo de ser martirizado y alcanzar a Dios con esta breve y profunda frase: «Por Dios, no me ha pasado nada inesperado, y he alcanzado mi deseo que es el martirio. Mi ejemplo es como alguien que busca agua en el desierto en una noche oscura y de repente encuentra un pozo de agua o un manantial. Como yo, es como un buscador que ha logrado su objetivo».
En estas noches, la súplica tiene un efecto diferente. Los seres humanos necesitan desesperadamente la gracia y las bendiciones del Creador. El ser humano piadoso y agradecido, mientras agradece a Dios por su perdón y misericordia, comparte con él sus deseos más profundos. Así es como los secretos y palabras más amorosas entre la criatura y el Creador nacen en forma de súplicas. Dios también asegura a sus siervos que Él responderá a sus llamados, como dice en el versículo 186 de la Sura La vaca: «Y cuando Mis siervos te pregunten por Mí, [diles que] en verdad, Yo estoy cerca y respondo la súplica del suplicante cuando Me suplica. Por lo tanto, que Me respondan y crean en Mí, para que, quizás así, sean bien dirigidos»
En general, la súplica está destinada a expresar la necesidad. Es decir, el ser humano cree instintivamente en un poder superior que lo protege, satisface sus necesidades y lo ayuda a alcanzar sus ideales y metas. Pero la súplica también tiene otro significado, que es más profundo y colorido en las religiones divinas: «Expresar el conocimiento interno». La súplica de Kumeil del Imam Ali (P), el famoso sermón bajo los olivos de Jesús (P), así como las súplicas mencionadas en el Corán por las palabras del Profeta Abraham; todos indican un conocimiento y sabiduría interna. El libro de Sahifa Sayyadieh también incluye las súplicas del Imam Sajjad (P) que, en cada frase, hay conocimiento que puede revivir el sentido de perfección en los seres humanos.
La súplica es como una llave que abre la puerta al ser humano. En otras palabras, es una línea especial de comunicación a la que Dios Todopoderoso ha bendecido a sus siervos para que en cualquier momento puede llamarlo y salvarse de las garras de accidentes y problemas. Cuando las palabras «Oh, Señor» y «Oh, Allah» salgan de tu corazón, Dios mismo escuchará tu voz inmediatamente.
Ali (P) dice en Nahj al-Balaghah: «Entonces, cuando lo llamas, Él escucha tu voz, cuando le susurras, Él conoce tus palabras, le cuentas tus necesidades, te presentas a ti mismo como eres, y cuando encuentres amor por tu Creador hablaras con Él y le informarás de todos tus problemas e inconvenientes «.
En los tiempos místicos y celestiales de estas preciosas y santas noches, le pedimos a Dios que nos ayude a purificar nuestro corazón de las impurezas con la ayuda de su gracia y misericordia, para que la oscuridad de nuestra vida sea iluminada con su luz.

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