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Recomendaciones del Islam Sobre la Lealtad Familiar

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La obligación de ser leal es uno de los mandamientos que el intelecto comprende y admira sin la necesidad de la guía de la jurisprudencia islámica, donde la religión también lo confirma. En el Corán leemos: «Sé fiel a tu pacto, porque serás llamado a rendir cuentas por el mismo»

Con esta breve frase, Dios obliga a los musulmanes a cumplir sus pactos. La estabilidad de las relaciones familiares, sociales y de los tratados económicos e internacionales se basa en el cumplimiento del pacto, si hay vacilación en estos, se producirá un caos.

En el hadiz del Imam Ali (P) dice: «El grado más alto de honestidad y confiabilidad es el cumplimiento del pacto». «La lealtad es un factor eficaz para generar amor y afecto». «La lealtad es un signo de pureza interior y las buenas personas son conocidas por ella». El pacto tiene un significado amplio que incluye tanto los convenios privados entre personas sobre asuntos económicos, comerciales, matrimoniales y familiares, como los convenios sociales, políticos e internacionales y, sobre todo, los convenios divinos y con los líderes celestiales.

La máxima calidad en el entorno familiar es la fidelidad de los cónyuges entre sí. Quienes sean fieles a su pareja en convivencia tendrán tres buenas cualidades durante su vida. Tendrán paz, la gente confiará en ellos y la misericordia divina descenderá sobre ellos material y espiritualmente.

La lealtad en el entorno familiar es muy importante. En un hadiz, el Santo Profeta (PB) dice: «Mi compañero en el Día de la Resurrección es el más leal de ustedes a sus cónyuges». Por lo tanto, la base para acompañar al Profeta (PB) no es adorar en demasía, sino lealtad y fidelidad al pacto. El Imam Ali (P) también ha recalcado la lealtad como uno de las características más altas entre marido y mujer. Si la pareja en el entorno familiar presta atención a este tema y es leal el uno al otro, serán buenos compañeros y amigos y estarán rodeados de paz.

Según los hadices y las narraciones islámicas, la fidelidad de un esposo y una esposa entre sí tiene la recompensa de rezar en la Mezquita del Profeta, y quien es fiel a su cónyuge y no la traiciona por los problemas de la vida es como quien reza en la Mezquita del Profeta.

Un contrato matrimonial es un convenio sagrado en el que una pareja promete estar junta por el resto de sus vidas. Colaborar en la administración, esforzarse por el bienestar de los demás, ser amigos uno del otro en el dolor y la tristeza, en la juventud y la vejez, en la capacidad y la discapacidad, en la salud y la enfermedad, en las dificultades y las alegrías, en la riqueza y la pobreza, y en todos los ámbitos de la vida. En palabras del Príncipe de los creyentes (P) y del Santo Profeta (PB) y los Imames (P), considera la relación en el matrimonio entre un hombre y una mujer como socios, siempre compañeros y ayudantes el uno del otro. Se narra que el primer día, después del matrimonio del Imam Ali (P) con Fátima Zahra (P) cuando el Profeta (PB) le preguntó: ¿Cómo ves a Fátima? El Príncipe de los creyentes (P) dijo: «Como la mejor compañera del Islam» y significa que una buena esposa es la causa de que su esposo alcance las nobles metas y objetivos del Islam.

La humanidad y el honor requieren que el esposo y la esposa sean fieles a este convenio sagrado por el resto de sus vidas y no lo olviden, aunque se enfrentes a problemas. Una mujer que tiene muchos deseos en su juventud, pero rechaza a todos y entrega su vida solo a su esposo, espera vivir bajo su protección para siempre. No se considera valentía que un marido deje sola a su esposa cuando sea mayor y esté decayendo, y que piense en volver a casarse o en divertirse. Algunos hombres realmente no tienen sentimientos ni coraje, utilizan a su cónyuge siempre que sea joven, bella y sana, pero luego la abandonan y la descuidan y, a veces, se divorcian de ella con pretextos absurdos.

Cuando una esposa que acepta a su esposo en la pobreza y en la dificultad, existe la esperanza de que sus vidas vayan en orden y que estén en relativa prosperidad y comodidad para siempre. Por lo tanto, no es correcto que un hombre piense en una segunda esposa o busque otras opciones cuando su situación financiera está en orden y haya obtenido riqueza.

Si su cónyuge está enfermo, cuídelo hasta que sane. Si tiene una enfermedad incurable, muestre su coraje y sacrificio y no busque a otra mujer mientras ella esté viva. Que no suceda que su conciencia se conforme con entristecer a su cónyuge. Si estuviera en su lugar y tuviera una enfermedad grave, ¿qué esperarías de él o ella? Tu pareja esperaría lo mismo de ti. Si su cónyuge no está de acuerdo y pide el divorcio cuando se está enfermo, ¿hace un buen trabajo? Si la lealtad y el auto sacrificio son buenos, ser leal también lo es.

Querida señora, para este propósito, la pareja se promete lealtad y firma un contrato matrimonial por el que serán amigos en todo momento. Si su pareja contrajo una enfermedad grave y tiene que estar internado por algún tiempo, por lealtad y la humanidad, acompáñelo, exprese su cariño y cuídelo. Si su marido no tiene dinero y usted si, gaste para su recuperación y salud, la lealtad y afecto dice que pagues sus gastos.

Sea inteligente y cariñosa; por el amor de Dios y para mantener su dignidad y honor tenga una buena relación con su esposo e hijos. Sea paciente, críe bien a sus hijos y enséñeles las lecciones de sacrificio, lealtad y práctica. Asegúrese de tener la mejor recompensa en este mundo y en el más allá, porque este acto es el mejor ejemplo de matrimonio que tiene igual valor que la lucha en el camino de Dios. El Santo Profeta (PB) dijo: «La lucha sagrada de una mujer es ser una buena esposa».

En el entorno familiar, no solo la pareja debe ser fiel entre sí, sino también con los hijos. El Profeta Muhammad (PB) dijo: “Ama a tus hijos. Se amable con ellos y cumple tus promesas. Porque te consideran el sostén de familia». Si los padres no cumplen la promesa que le hicieron a sus hijos, ellos se volverán desconfiados y esto tiene consecuencias peligrosas, incluido el hecho de que en el futuro no podrán confiar en el verdadero Sustentador, es decir, El Señor del universo. Los padres deben saber que las promesas que hacen a sus hijos deben ser sensatas y sabias y no deben prometer algo que no podrán cumplir.

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