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Virtudes, Bendiciones y Oportunidades Espirituales del Mes Sagrado del Ramadán

Islamaldia – Ramadán es el mes de bendiciones, misericordia, perdón, arrepentimiento y acercamiento al Creador. En este mes pídale a Dios que acepte su arrepentimiento y le dé el poder de obediencia hacia él; pues no hay mejor refugio que Dios.

Dios Misericordioso ha dado virtudes especiales al mes de Ramadán y al ayuno para que los seres humanos creyentes alcancen la excelencia espiritual.

Se han mencionado muchos hadices y narraciones del Mensajero de Dios (P) y los Imames sobre las virtudes de este mes sagrado. El Imam Sayad (P) en una de sus súplicas dice: «¡Dios! Danos éxito en la comprensión de las virtudes del mes de Ramadán y concédenos el honor y la glorificación de este mes».

Conocer las virtudes del mes sagrado de Ramadán significa conocer su verdadera naturaleza; quien adquiera una comprensión correcta y comprenda la grandeza de este mes celestial, seguramente gozará de una adoración sincera.

Una de las grandes virtudes es el valor espiritual y la posición privilegiada de este mes con Dios. El Único Creador ha hecho este mes como un manantial claro y puro, para que los creyentes puedan limpiar sus almas en él. Eliminar los pecados de su existencia y avanzar hacia la luz divina. Este mes es el mes de la purificación y el salto espiritual.

El Mensajero de Dios (P) dijo: «Si el siervo de Dios supiera la importancia del mes de Ramadán [infinitas bendiciones], desearía que todo el año fuera el mes de la gracia divina».

Las virtudes del mes de Ramadán son innumerables. Se ha narrado del Imam Reza (P): «Los buenos actos son aceptados en el mes de Ramadán y los malos son perdonados. Ramadán es el mes de bendición, misericordia, perdón, arrepentimiento y regreso a Dios. Una persona que no ha sido perdonada en el mes de Ramadán ¿cuándo quiere ser perdonada? Pídale a Dios que acepte su ayuno en este mes y que no lo convierta en el último año de su vida, que le conceda el éxito de su obediencia y que lo mantenga alejado de su desobediencia, porque Dios es el mejor contestando las súplicas»

Otra virtud importante es que Dios Todopoderoso ha impedido que los demonios hostiguen y dominen a los creyentes durante este bendito mes y los ha encerrado. Por esta razón, el ser humano está en paz y puede aprovechar esta oportunidad de oro para cultivar su alma y su espiritualidad. A cambio de restricciones como no comer ni beber, Dios Todopoderoso ha proporcionado a sus los creyentes recompensas preciosas que son indescriptibles. En este mes divino no solo se multiplica la recompensa de la devoción, sino que también se considera que el sueño y cada respiración del creyente cuenta como glorificación y adoración a Dios. El Profeta Muhammad dice: “Su respiración es como alabanza a Dios y su descanso como adoración”

El ayuno ablanda el alma, fortalece la voluntad y modera los instintos.

Si el ser humano puede controlar los deseos de su alma y tener el control de sus instintos, entonces recién puede crecer y nutrirse espiritualmente y alcanzar la pureza y perfección deseadas. Si una persona quiere eliminar los obstáculos de su crecimiento uno tras otro y no se entrega a los placeres físicos y las pasiones, el ayuno durante el Ramadán es la mejor oportunidad para él. El Sagrado Corán dice:

«… ¡Oh, los que creéis! Se os ha ordenado que ayunéis, de la misma manera que fue ordenado a quienes os precedieron. Quizás así seáis temerosos de Dios. (Sura La vaca, 183)

El mes de Ramadán pasa rápido y nosotros somos transeúntes que debemos aprovecharlo sin descuido y con las mejores acciones y el mejor comportamiento. Dado que el deber más esencial del ser humano en el islam es la superación personal y el trabajar en uno mismo, no hay nada mejor que el mes de Ramadán para la superación personal, la espiritualidad y la humanidad. Una de las formas más importantes de lograrlo es evitar hablar demasiado. El silencio es un tesoro que abre las puertas del conocimiento en el corazón. Este consejo se duplica en el mes de Ramadán, para que la persona que ayuna no caiga en pecados como el chisme, la calumnia, la mentira, etc.

Los sabios de la religión y la ética tienen muchos consejos sobre el silencio. Luqman Hakim solía decirle a su hijo: «¡Hijo mío! Siempre que pienses que hablar tiene un precio de plata, debes saber que el silencio está hecho de oro».

El silencio es una de las bendiciones a las que quizás no hayamos prestado mucha atención y como dijo el Imam Reza (P)«Uno de los signos de la sabiduría, paciencia y conocimiento es el silencio. El silencio es una de las puertas de la sapiencia, trae amor y es la guía de todas las buenas obras».

El ayunante, cuya alma ha encontrado un mayor nivel de paz, guardando silencio y hablando menos y logrará pensar y reflexionar mucho más. La meditación es un gran acto de adoración sobre el cual el Mensajero de Dios (PB) dijo: «Una hora de meditación es mejor que setenta años de adoración».

También en las narraciones se menciona el silencio como una gran ayuda, un protector adecuado y un tesoro valioso. Los eruditos en la moral creen que los buscadores del camino de la verdad no tendrán éxito sin guardar el silencio y preservar su lengua de los pecados, aunque hagan grandes esfuerzos en austeridades físicas y espirituales y realizan diversos actos de adoración. Creen que el silencio y la escucha son las puertas de entrada a la sabiduría, conocimiento y la causa del surgimiento de las ciencias divinas. El ser humano al hablar demasiado pierde muchos de sus poderes intelectuales, pero cuando calla, se concentra mejor, su pensamiento crece y las puertas de la sabiduría se le abren. Si el ayuno va acompañado de silencio y contemplación, conducirá mejor al ser humano a las cimas de la trascendencia.

Con la esperanza de que todos podamos disfrutar de las virtudes y bendiciones del mes sagrado de Ramadán, los encomendamos queridos oyentes a Dios Todopoderoso.

Que Dios los bendiga.

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