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Reglas del Ayuno

 

Islamaldia – Ramadán es el mes de Dios y los ayunantes son sus invitados. Sin duda, participar en cualquier fiesta requiere una preparación previa, también se debe conocer con anterioridad sobre el anfitrión, sus tradiciones, lugar y fecha para poder disfrutar adecuadamente de dicho evento.

Las reglas del ayuno establecen que un musulmán debe abstenerse de comer y beber durante los días sagrados del Ramadán, desde el amanecer hasta el llamado de la oración del ocaso. En este mandato, los enfermos, ancianos o viajeros están exentos del ayuno.

El Corán en el versículo 185 de la Sura «La vaca» dice: El mes de Ramadán, en el cual fue hecho descender el Corán, como una guía para la gente, como indicaciones claras de la Guía y del Discernimiento. Por tanto, quien de vosotros esté presente ese mes, que ayune en él. Y quien esté enfermo o de viaje, que ayune un número igual de días en otro momento. Quiere Dios para vosotros la facilidad y no quiere para vosotros la dificultad y quiere que completéis el número de días y que ensalcéis a Dios por haberos guiado y así, quizás, seáis de los que agradecen»

Pero el punto importante es que el ayuno en el islam no es solo la abstinencia de comer y beber, sino también deben cumplir y efectuarse otras condiciones hasta que se alcance la perfección. Para ayunar, en la primera etapa, uno debe tener una intención. La intención del alma y el corazón es importante para todo tipo de adoración ya que debe de hacerse con el motivo y la intención de agradar y satisfacer a Dios.

El Santo Profeta del islam en sus recomendaciones a Abu Dharr dijo: «¡Oh Abu Dharr! Tienes que tener una intención pura para todo, incluso para comer y dormir». Tener una intención pura y divina da valor a la acción y cuanto más pura y completa sea, mayor es su valor. La intención falsa, por otro lado, hace que la acción sea deshonesta y sin valor. Sobre esto, el Profeta Muhammad dice: «Ciertamente que los hechos dependen de las intenciones».

La intención de ayuno, significa la intención de ayunar para cumplir con el mandato de Dios, por lo que debe ser completamente sincero, en este caso, es un culto que crea el espíritu de fe y de servidumbre sincera. La Dama Fátima Zahra (P) en una parte de su famoso sermón, dice: «Dios ha prescrito el ayuno como un medio de firmeza y establecimiento de su sinceridad».

La educación es un comportamiento especial y deliberado. Este comportamiento, que se origina en una educación adecuada, está relacionado con la forma de hablar, caminar, socializar, preguntar, responder, etc.

La etiqueta del ayuno, es igual al cuidado de la propia moral y las acciones, el trato con familiares y amigos, evitar el pecado, evitar mirar a los no mahrams, etc. El ser humano puede alcanzar los niveles más altos de la pureza del corazón con la recitación del Corán, rezando, arrepintiéndose y pidiendo perdón, dando limosna y ayudando a los demás.

El corazón del ayunante debe estar en consonancia con el mismo ayuno.

El ayunante, además de abstenerse de muchas cosas; su corazón también debe evitar pensamientos contaminados y rebeldes a fin de mantener la santidad del ayuno y expulsar cualquier pensamiento desagradable de su cabeza.

Ha sido narrado por el Imam Sadiq (P): Dios dijo en la Torá: ¡Oh hijo de Adán! Dedica tu tiempo y tu corazón a mi adoración, para que: No te entregues a los deseos carnales y no seas capturado por ellos. Considero obligatorio compensar tus necesidades y te otorgaré lo que supliques; llenaré tu corazón con temor hacia mí {Tu Creador}, para que no tengas miedo de nadie ni de nada más»

Lo más importante del ayuno es que también ayune tu cuerpo y alma completamente. El Imam Ya’far Sadegh (P) dijo: «Cuando ayunas, tus oídos, ojos, lengua, manos, pies y piel deben estar ayunando » Y agregó: «Es necesario que no peleen entre ustedes, no se tengan envidia, no chismeen, no discutan y no juren en falso, no maldigan, no opriman, no sean necios, no estén afligidos, no olviden recordar a Dios, no descuiden la oración, manténgase callados ante lo que no deben decir y sean pacientes. Relájense y como un siervo que teme a su amo, mírenlo con humildad y angustia, teman el castigo de Dios y esperen su misericordia»

Factores como el hablar mal de una persona en su ausencia, aunque no invalida el ayuno, impide que la riqueza espiritual haga efecto en el alma; porque moralmente lo ha quebrantado y el ser humano es apartado de la piedad. Mentir, calumniar, burlarse, maldecir, traicionar y otros deslices también son contrarios a la sabiduría del ayuno y lo devalúan. Un auténtico ayunante es aquella persona que presta atención y se esfuerza por obtener la recompensa de este acto de adoración y se abstiene de varios pecados que destruyen el verdadero propósito. El Profeta Muhammad (PB) dijo: «Quien mantenga sus oídos, ojos y lengua lejos de la gente, Dios aceptará su ayuno».

El ayuno está asociado con otros rituales como la interrupción del ayuno o Iftar y el desyauno o Sahar. La ley islámica prohíbe una sola jornada de ayuno sin interrupción y sin desayuno, uniéndolo con el ayuno del día siguiente.

Se ha narrado de la familia de Muhammad (PB) que es preferible desayunar, incluso con un sorbo de agua. Ali (P) sobre los modales del Profeta durante el mes de Ramadán dijo: «El Mensajero de Dios (P) solía desarmar su cama en la última semana del mes sagrado de Ramadán y alistarse para la adoración, cuando llegaba la noche veintitrés, reunía a la gente de su casa y la mantenía despierta. Echaba un poco de agua en el rostro de quien estaba abrumado por el sueño para que no se duerma»

Asimismo, la Dama Fátima Zahra (P) no dejaba que ningún miembro de su familia durmiera esa noche y para mantenerlos despiertos, les daba menos comida y por el día los preparaba para esa bendita velada. «Ha sido privado {de las bendiciones} quien no se beneficie esta noche».

Que Dios nos coloque entre los verdaderos ayunantes.

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