El Rol de la Mujer en el Islam – Prohibición de la Violencia en el Islam 2
Islam al día: Hablar y escuchar sobre la posición de la mujer en la sociedad islámica es una necesidad hoy en día. El rol individual y social de la mujer es un tema desafiante en el mundo actual y el resultado de siglos de opresión y desigualdad. En la colección de cuentos «Mi abuela decía…» hablaremos de la mujer desde el punto de vista de la religión islámica.
Me serví el último bocado del sándwich y le di las gracias a papá. Papá dijo: ¡Que buenos sándwiches!
La abuela dijo: Muchas gracias hijo mío.
¡El sándwich es la mejor comida del mundo! Esta es la opinión de mi mamá y mía porque no tenemos que lavar platos después de comer. Solo uno o dos vasos que siempre hay tiempo para lavarlos.
La abuela dijo: ¡Bueno! ¿Todavía quieren leer algunas narraciones juntos?
Dije: Honestamente, después de comer, ¡creo que estoy cansada!
Papá dijo: ¡Acabo de traer mi libro! Mamá se rio diciendo: Tu papá después de mucho tiempo está repasando sus libros. Ven a sentarte y deja que se motive.
Abrí mi cuaderno con una sonrisa. Papá expresó: Recopilé estas narraciones durante mis días de estudiante. Yo mismo no recuerdo muchos…
La abuela exclamó: ¡El ser humano debe recordarse a sí mismo algunas cosas!
Mi madre respondió: ¡Si! Una persona que tiene una hija, también esposa y madre, debe enmarcar esas narraciones sobre las mujeres en la pared para que no las olvide.
Todos nos reímos y papá dijo: ¡Miren qué narración encontré! Imam Baqir (P) dice: “Aquel que trata bien a su familia tendrá una larga vida”.
¿Sabes lo que esto significa, mi niña?
Respondí: ¿Qué significa eso?
Él dijo: ¡Eso significa que tu padre vivirá tanto como el Profeta Noé…!
Me reí y le pregunté: ¿Tú también sabes construir un barco, papá? Él respondió: ¡No, pero hago buenos barcos de papel!
La abuela dijo: Un hombre con una hija será bendecido mientras viva la vida de Noé, incluso si no vive tanto como él.
Mi madre exclamó: ¡Por Dios, que dices la verdad!
Entonces me miró y dijo: Antes de que nacieras, pasamos tiempos difíciles, yo era estudiante y tu padre no tenía buenos ingresos. Éramos inquilinos y la vida era dura… cuando supe que estaba embarazada de ti, me asusté al principio, pero tú… ¡fuiste como un milagro! Lleno de bondad y bendiciones. Yo mismo conseguí un trabajo y tu padre obtuvo un ascenso. También nos dieron una casa por la organización de su lugar de trabajo.
La abuela dijo con una sonrisa: Las mayores bendiciones están con las mujeres ¡Gracias a Dios, hijo mío que tu casa está tan llena de bondad y bendiciones!
Mamá expresó: Cada vez que pienso en tu cumpleaños, recuerdo la narración del Imam Sadiq, quien dice que una niña es bondad y un niño es una bendición. ¡Se te preguntará sobre las bendiciones el Día de la Resurrección y serás recompensado por tus buenas obras!
La abuela acotó: No sabes cuántos hadices tenemos sobre las niñas… El Profeta (P.B) dice: “Una mujer cuyo primer hijo sea una niña es afortunada”.
Dije: Abuela, ¿el Profeta realmente prohibió enterrar a las niñas vivas y dio tantas recomendaciones como las que describiste antes?
Papá dijo: ¡Hija mía, la visión del Profeta sobre las mujeres y las niñas fue una especie de revolución en la sociedad de esa época!
Dije: Sí, mi abuela me lo contó…
La abuela añadió: ¡Sí! El Profeta lo recomendó mucho, así que, ¿por qué crees que te estoy tejiendo una bufanda?
Papá dijo: ¡Eh…! ¿Entonces por eso no me tejes nada y me congelo todos los días?
La abuela expresó: También te tejeré, hijo mío ¡Los hijos son dulces, pero los nietos aún más!
Dije: ¡Quiero dulces!
Mamá intervino: Si hubiese dicho que los hijos son almendras y los nietos su fruto, ¿querrías almendras?
Dije: ¡No, pero querría dulces de almendras!
Ella respondió: Sé que notaste que preparé dulces y estás buscando una excusa para comerlos. ¿Quién desea té…?
Todos asentimos… pensé en los deliciosos dulces que hizo mamá, en que el té va muy bien después de los sándwiches y también sobre porqué las narraciones contadas por papá y la abuela eran como verdaderos dulces.
Mamá trajo una bandeja de té, se la ofreció a la abuela.
La abuela dijo: Gracias, hija mía. Eres muy dulce.
Papá apartó la cabeza del libro y exclamó: ¡Gracias a Dios que los ángeles visitan nuestra casa!
Mamá preguntó: ¿Por qué? ¿Porque el Profeta Noé vive con nosotros?
Papá se río y explicó: ¡No! Porque Noé tiene una hija, nuestro Profeta dijo:
“No existe un hogar donde haya niñas a menos que doce bendiciones y misericordias sean enviadas del cielo sobre esa casa todos los días, y los ángeles no dejen de visitarla, y ellos oren por su padre todos los días y noches durante un año”.
Dije: ¿Eso significa que los ángeles escribirán la adoración de un año por ti?, ¿esto es justo?
La abuela dijo: En una sociedad en la que se valoraba mucho tener un hijo varón, el Profeta seguía hablando de las bendiciones y bondades de tener una hija, para cambiar esa opinión ¿Lo ves? No hay ninguna narración que diga tener un hijo es malo. Sólo intenta cambiar la imagen que la gente tenía sobre las niñas.
Miré confundida, cuando mamá se dio cuenta de que no entendía lo que decía la abuela, señaló: ¡Mira mis flores! Ahora imagina que tu padre piensa que las rosas son más hermosas que los claveles y las cuida más y ni siquiera riega los claveles. Ahora, ¿qué debo hacer para que tu padre los ame a ambos? Debo contarle sobre la utilidad y la belleza de los claveles.
Dije: ¡Entiendo!
Este mensaje fue muy dulce, tan dulce como el pastel que hizo mamá…
La abuela exclamó: Ya no tengo ojos para tejer…
Papá dijo: ¡Sí, mis ojos ya no pueden leer más libros!
Mamá le respondió: No has leído más de dos narraciones, pero está bien… Déjalo para más tarde
Recogí las tazas vacías, la abuela cogió su bastón, papá fue a la biblioteca a guardar su libro, y le dije buenas noches a mamá y papá, a la abuela y también a los ángeles…
Hoda Mohammadi
