Identidad Religiosa

Mi abuela decía… Parte 2

El Rol de la Mujer en el Islam

Islam al día: Hablar y escuchar sobre la posición de la mujer en la sociedad islámica es una necesidad hoy en día. El rol individual y social de la mujer es un tema desafiante en el mundo actual y el resultado de siglos de opresión y desigualdad. En la colección de cuentos «Mi abuela solía decir…» hablaremos de la mujer desde el punto de vista de la religión islámica.

¿Recuerdas que le pregunté a la abuela sobre la aparición del Profeta en esa extraña comunidad? Y la abuela me respondió que el Profeta trató de hacer una sociedad mejor para que vivan las mujeres.

Volví a preguntar – sinceramente – nunca me canso de preguntarle a la abuela. Ella siempre responde pacientemente a mis preguntas y eso me motiva a preguntarle más y más.

Pregunté: ¿Cómo hizo aquello? ¡No creo que haya sido fácil!

La abuela dijo: ¡No fue fácil! ¡El Profeta trabajó duro para esto! ¿Sabes lo difícil que es que la gente en una sociedad así… te crea? Y peor, ¿qué te escuchen?

No dije nada y la miré con curiosidad, esta mirada significa que quiero que me cuente más… La abuela continuó:

El Profeta era un hombre agradable y bondadoso, toda la gente de la ciudad lo amaba por su humanidad. Siempre estaba fragante, tenía una voz hermosa y tenía el don del habla. ¡Él saludaba a todos antes que los demás! ¿Tú lo puedes creer…? Los niños se escondían detrás de los árboles para saludarlo primero, ¡pero aun así no lo consiguieron! El Profeta solía saludarlos antes y luego jugaba con ellos. Solía visitar a los enfermos. Solía mirar la luna y las estrellas por la noche. La gente le confiaba sus bienes para que los cuidara. Y esta confianza era tal, que lo llamaron «Muhammad Amin», el digno de confianza.

Dije: ¿Parecido al señor Jun?

La abuela dijo: ¡De alguna manera…! Pero por supuesto, no podemos igualarnos a nuestro Profeta. ¿Has visto que, a veces, cuando hay una discusión en la familia, llevan al Sr. Jun para mediar y lograr la reconciliación? ¿O la semana pasada, cuando el vecino se iba de viaje… le dejó su llave y le pidió que vigilara la casa? El Sr. Jun también está atento e incluso va a regar sus flores.

Pregunté: Ahora, ¿cómo ayudó el Profeta a las mujeres y niñas, abuela?

La abuela puso el chal alrededor de mi cuello, lo midió. Todavía quedaba mucho por tejer…

  • ¿Cuánto más largo te gustaría que fuera?

Dije: Envuélvelo alrededor de mi cuello tanto como puedas. Pero ¡no olvides de contarme, abuela!

La abuela movió los anteojos en su nariz, comenzó a tejer de nuevo y dijo: Cuando el Profeta, con toda la confianza que la gente tenía en él, les dijo que trajo una nueva religión, que sigue el camino de Jesús y Moisés. La gente le preguntaba sobre su creencia, ¿cómo es?, ¿cuáles son sus reglas? ¿cuál es la diferencia?

Yo conozco al Profeta Jesús, al final de nuestra calle hay una gran tienda de sándwiches llamada Joseph. ¡Este era el nombre del dueño! Había visto que tenía una imagen de Jesús en la pared y mi padre me había dicho que es el profeta de los seguidores del cristianismo. No sé mucho sobre Moisés…, debo preguntarle a mi abuela.

La abuela continuó explicándome: Fue en ese momento que se desarrollaron en la sociedad las leyes relacionadas con la mujer, la familia, el matrimonio, entre otras cosas.

¿Recuerdas que te conté que en esa época había diferentes formas de matrimonio y poligamia? Ahora imagina que el Profeta restringió muchas de esas formas. Dijo que cada hombre podía casarse solamente hasta con cuatro mujeres. ¡Eso también con términos y condiciones!

Por ejemplo, si la esposa o las esposas anteriores dieron su consentimiento, él debe dar pensión alimenticia y dote a cada mujer por separado y, lo que es más importante, debe tratarlas con justicia.

– ¿Qué significa eso, abuela?

– ¡Significa igual! No hay diferencias entre ellas y lo que hace por una debe hacerlo para las demás.

Pregunté: ¿Pero realmente cuatro? ¡Esto es demasiado!

La abuela dijo riéndose: Probablemente era demasiado poco para quienes antes vivían así.

Querida ¿Has visto a una persona mirando sus fotos antiguas y diciéndose a sí mismo: «¡Oh, Dios mío! ¿Cómo me puse esa ropa? ¡Mientras lo llevaba puesto en ese momento pensaba que estaba muy bien vestido!”

 

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Unos años más tarde, cuando veamos nuestras fotos actuales pensaremos lo mismo. Ahora, cuando piensas en este tema, también tienes que ver las condiciones. En esa situación, estas reglas fueron una gran revolución.

Pensé que la abuela decía la verdad, pregunté: ¿Qué otras leyes se crearon?

La abuela dijo: Además de estos derechos para las mujeres y leyes del matrimonio, las mismas restringieron a los hombres y los obligaron a asumir responsabilidades. Enterrar vivas a las niñas, era costumbre en algunas tribus, y hoy se ha vuelto obsoleto, y creo que la visión del Profeta sobre las niñas tuvo un gran impacto en este tema.

Honestamente, todavía no puedo creer que hayan enterrado vivas a las niñas… Pregunté: ¿Cómo el Profeta logró cambiar esa terrible costumbre?

La abuela respondió: ¡Porque la gente amaba al Profeta y el Profeta amaba a las niñas! Recuérdame para en una de estas noches contarte sobre mujeres y niñas desde la visión del Profeta, ¿sabías que todos los hijos del Profeta fueron niñas?

Dije: ¿Eso significa que no tuvo hijos varones?

La abuela dijo: Sí, pero todos murieron en la infancia. Nuestro Profeta tuvo cuatro hijas.

Pienso en las cuatro hijas del Profeta, en las niñas que fueron enterradas vivas… y en aquellas que el Profeta no permitió que murieran así, en el Profeta José, que también fue nuestro profeta en cierto modo y en Muhammad (PB) nuestro profeta; ahora pienso en mi abuela qué está cansada que se levantó y dijo:

¡De acuerdo! Te contaré el resto más tarde…

Hoda Mohammadi

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